1.
EL MOVIMIENTO OBRERO
La industrialización que
comenzó en Gran Bretaña, creó una nueva clase, la obrera, que
desarrollaba nuevas formas de reivindicación ante su situación
laboral, desde la destrucción de máquinas a la creación de la
primeras asociaciones de trabajadores.
1.1
EL ORIGEN. LAS CAUSAS
Desde la Edad Media, las
clases trabajadoras, sometidas a las duras condiciones del Antiguo
Régimen, sufrían explotación o momentos de grandes subidas en los
precios de los productos básicos, lo que producía revueltas aunque
con resultados escasos, pues eran duramente reprimidas. Con la
industrialización todo cambiaría.
Tras la abolición del
Antiguo Régimen, las clases trabajadoras quedaron libres de esa
dependencia respecto a los privilegiados. Al mismo tiempo, las nuevas
fábricas se establecían en las ciudades, cuyo gran desarrollo
suponía una atracción para los artesanos y campesinos, ahora
libres, produciéndose una gran éxodo rural hacia estas. Como la
mano de obra era tan abundante, los dueños de las fábricas se
aprovecharon de esa situación y establecieron condiciones de
contratación desfavorables y unos salarios muy bajos para los
obreros. Esto hizo que poco a poco fuera surgiendo entre los obreros
un clima de inconformismo y de descontento ante su injusta situación
laboral, que se tradujo en revueltas y otras formas de protestas como
el ludismo, apareciendo también las primeras organizaciones de
trabajadores. Todo ello orientado a mejorar sus condiciones
laborales: reducción de un horario excesivo y aumento de salarios, y
a la consecución de sus derechos como trabajadores.
1.2
LAS PRIMERAS ASOCIACIONES DE TRABAJADORES
El derecho de asociación
y reunión, fue una de las reivindicaciones que planteaban los
trabajadores, derecho no reconocido hasta 1824 en Gran Bretaña. En
un principio, se establecieron las llamadas Sociedades de Socorros
Mutuos, encaminadas a la ayuda de sus afiliados en caso de accidente,
enfermedad o fallecimiento. Aunque posteriormente, la finalidad
principal fue la defensa colectiva de sus condiciones laborales y la
reivindicación de mejorarlas.
El principal instrumento
de presión fue la huelga como forma de protesta y cambio. Más tarde
surge el término “sindicato” que hoy conocemos, para designar a
la forma de asociación de trabajadores que luchan por sus intereses,
estableciéndose además uniones a escala nacional que acaparaba ya
cualquier oficio y territorio Tanto que en 1834 ya existía en Gran
Bretaña la Grand National Consolidated Trades Union, (Unión
Nacional de Oficios), consolidándose el sindicalismo como uno de los
movimientos sociales más importantes hasta nuestro días.
1.3
LAS PRIMERAS ACCIONES OBRERAS: LUDISMO
El ludismo se trata de un
movimiento de protesta consistente en la destrucción de la
maquinaria industrial por parte de los obreros, pues las consideraban
las principales causantes de la pérdida de sus puestos de trabajo.
El término proviene de Ned Ludd, el primer obrero que destruyó un
telar mecánico. Efectivamente, la introducción de la maquinaria a
vapor, producía a un ritmo mucho mayor que el trabajo manual, la
productividad aumentaba y eso era mucho más beneficioso para los
empresarios, pero no para los obreros, que perdían su trabajo o
veían disminuir su salario. Ante esta situación, la desesperación
llevó a algunos obreros a destruir a sus “nuevos rivales”, las
máquinas.
1.4
LA LUCHA POLÍTICA: EL CARTISMO
Además de luchar por
conseguir y defender unas condiciones económicas o laborales justas,
los trabajadores también reivindicaron ciertos derechos políticos.
Y fue este el principal objetivo de ese movimiento de masas llamado
cartismo, término que proviene de la Carta del Pueblo de 1838, documento que recogía las peticiones que luego se formularían al
parlamento, entre ellas, el sufragio universal masculino, que además debía ser secreto. Lograron presentar sus
peticiones al parlamento en 1839, respaldado por más de un millón
de firmas.
2.
TEORÍAS Y DOCTRINAS SOCIALES: EL SOCIALISMO
El movimiento obrero
originó la elaboración y posterior difusión de doctrinas
socialistas, que se centraban en una crítica del capitalismo.
Mientras los trabajadores se organizaban para luchar por sus
derechos, los intelectuales buscaban modelos sociales y políticos,
que se estableciesen como una alternativa a la sociedad de la época,
primero el Socialismo Utópico (Premarxistas), y después el
Socialismo Científico (Marxismo)
2.1
EL SOCIALISMO PRE-MARXISTA
Las primeras teorías
estaban muy influidas por la ilustración y planteaban formas
sociales ideales contrarias al capitalismo, donde no existiera la
explotación ni la injusticia social, algo difícil incluso en
nuestro días.
Analizamos a R. Owen, uno
de los primeros socialistas y dueño de una fábrica de algodón en
la que aplicó una serie de reformas como educación de los niños,
aumento de salarios, reducción de la jornada e incluso incentivos
por trabajo, gracias a las cuales alcanzó un éxito económico
espectacular. Quiso trasladar su modelo económico fuera de su
fábrica para elaborar un modelo social basado en su experiencia y en
el que se aplicara reformas similares, pero fracasó por el rechazo
del resto de empresarios. Otros precursores de las doctrinas
socialistas fueron Saint-Simon o Proudhon, que veía propiedad
privada como el origen de la desigualdad.
Estas primeras teorías
socialistas responden al nombre de socialismo utópico por sus
objetivos idealizados e imposible de conseguir, una “utopía” en
la época en la que nos encontrábamos, pero sus ideales fueron
extendiéndose entre los trabajadores y otros pensadores, Marx y
Engels, retomaron las nuevas ideas socialistas, pero desde una
perspectiva más realista y, por tanto, con mayor posibilidad de
llevarlas a la práctica. Se trata del socialismo científico, que
más tarde desembocaría en una nueva corriente el marxismo.
2.2
EL MARXISMO
Como se ha indicado, Marx
y Engels consideraron que sus doctrinas eran científicas
(demostrables y aplicables) frente al socialismo utópico (difícil
consecución), por ello denominan a sus ideas políticas y sociales
como Socialismo Científico. Esta nueva teoría socialista, el
marxismo, parte de que “la historia de toda sociedad (…) es la
historia de la lucha de clases” centrando su finalidad en la
desaparición de la burguesía, la organización y acción política
del proletariado y la construcción de una sociedad sin clases, en el
momento en el que los trabajadores conquisten el poder. Todas esta
ideas fueron recogidas en el manifiesto comunista, en cuya portada
aparecía: “¡Proletarios del mundo, uníos!”, como un
llamamiento propagandístico hacia los trabajadores para que se
unieran en la constitución de un partido político propio.
Estos
ideales serán el origen de todos los partidos socialistas, de
izquierda, que aspirarán al poder según el momento histórico, a
través de revoluciones, o democráticamente por el camino electoral.
El socialismo radical, desembocaría más tarde en el partido
comunista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario